De la cocaïna al equilibrio gracias al coaching

Malvivía de noche, dormía de día…la relación con mi familia prácticamente no existía y, la que existía, se basaba en hacerles sufrir sin ni siquiera yo darme cuenta…realmente, tampoco existía relación conmigo mismo…navegaba a la deriva absolutamente anestesiado y desconectado de mi cuerpo, de mis pensamientos, de mis emociones y, por supuesto, de mi propia esencia, de ese Edu inmutable más allá de mi mente y de mi cuerpo, de ese Edu que ya era dentro de la tripa de mi madre y que, palada a palada de ego fui sepultando de manera que me fue imposible ver ni tan siquiera un pequeño haz de luz…

Pasé más tiempo en los váteres de oscuros antros que en mi hogar.

No es posible incluír en este artículo todo el dolor, el sufrimiento y las nefastas consecuencias tanto para mí como para mi familia que supuso aquella manera de malvivir.

Acudí a un amigo que me dijo que era Coach y Terapeuta de la Gestalt.

Fue, aproximadamente, un año y medio respondiendo sus preguntas cada quince días…

Realmente, sus preguntas eran la excusa para que yo verbalizara tantísimas incongruencias, tantas creencias que me limitaban, tantas otras que ni siquiera eran mías, que heredé dios sabe donde y de quién.

Me gusta definir el Coaching como el “arte de las preguntas que facilitan el auto-conocimiento”.

Hoy hace ya más de diez años que mantengo mi absoluta abstinencia de cocaína.

Además de centenares de libros, conferencias y cursos de varias disciplinas relacionadas con el Crecimiento Personal, la Psicología, la Filosofía, tradiciones espirituales, Gestión del Talento o Creatividad entre otras, me formé y certifiqué como Coach para tratar de devolver a la vida el increíble regalo que me otorgó tratando de ayudar a otras personas a superar situaciones similares.

Hoy sé que todo aquel sufrimiento fue por algo y para algo…para que aprendiera, para que comprendiera, para que sintiera, para conectarme con mis valores, para que aprendiera a escuchar, a observar…y para conocer el Coaching, el cual convertí en mi forma de vida y la llenó de sentido.

EDUARDO CHINARRO

COACHING PARA PERSONAS ADICTAS A LA DROGA Y FAMILIARES.